La tierra pertenecía al viento, dijo en la ONU. Y el 12 de febrero de 2020 dijo que Barcelona debía ser nombrada Capital mundial de la Paz:
«Con riesgos de violencia cada vez más amplios, la principal tarea es la de la paz. Por Lluch y por la paz, capitalidad de la paz para Barcelona«.
El Periódico.
Es curioso que Illa haya pedido contundencia para que «esto no se nos escape de las manos«. Es lo que tienen las revoluciones hechas desde el poder, que controlar a una multitud salvaje, luego es difícil. Y no lo digo yo, lo decía Maquiavelo:
Que nadie provoque desórdenes en una ciudad en la ilusión de que luego podrá frenarlos a su antojo o encauzarlos según sus deseos.
Maquiavelo.
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